
SER
COMO GALLINA
Un
pastor estaba de vacaciones en
casa de un granjero que no era cristiano;
pero cuya esposa había estado orando por
él por mucho tiempo.
Por
tal razón el servidor de Dios esperaba
la oportunidad para explicarle el valor
del sacrificio del Calvario.
Cierta
mañana el granjero pidió al pastor
que le acompañara al gallinero.
En
uno de los cuévanos vio una gallina
con una crías de polluelos sacando
sus cabecitas por debajo de sus alas.
-Tóquela,
señor, dijo el labrador.
El
pastor puso su mano sobre la gallina
y sintió que estaba fría; tenía una
pequeña herida, en su cabeza.
Una
comadreja le ha chupado la sangre,
y ella no se movió por temor de que
el
animalucho pudiera dañar a sus
pollitos.
¡Oh!
le dijo el pastor, permítame
mostrarle con esto una ilustración
de lo que hizo
Cristo por nosotros.
El
llevó todos los sufrimientos de
la cruz sobre sí,
para librarnos
a nosotros.
Podía
haberse movido y salvado su
vida, pero no lo hizo para que usted
y yo pudiéramos
ser protegidos bajo
sus alas.
Si
El hubiese abandonado su obra,
nosotros hubiésemos sido perdidos.
El
labriego comprendió el ejemplo,
y aceptó al Señor Jesucristo
como su Salvador.
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