
Quita
tu ceño fruncido que usas para juzgar a otros,
relaja tu frente y la boca que usas para criticar a los
que
te rodean, deja de apuntar el dedo con el que
tan
insistentemente sancionas los actos
de los demás.
Eres un hijo enterado de mi palabra,
según me dices y
lees con avidez los libros de mi sabiduría,
asistes cada
semana a mi casa y oras con fervor y yo te felicito por
el esfuerzo pero
parece que tanto mi palabra como
las oraciones sólo han servido para endurecer tu corazón.
Basado en lo que crees que sabes, te
eriges como jurado
y juez y condenas a todo aquél
que, a tus ojos, comete
un pecado, sin piedad
senalas con el dedo y
usas hasta mi nombre.
¡Pobres hijos míos los que se
Cruzan por tu camino!
Si tu fueras yo, de siguro que iban a
pagar muy caro,
por pequeño que fuese el pecado.
Mira hijo: tú eres humano igual que
los que te rodean
y cometen errores.
¿Que no sabes, a qué errores me refiero?
La
Soberbia
La
Intolerancia
La
falta de compación
La
falta de amor a tu prójimo
Querido hijo: yo no
juzgo a tus hermanos…
¿Por qué habrías de
jusgarlos tú?
Deja de fijarte en los errores de los demás,
concentrate
en los tuyos, lucha cada dia por ser una
mejor
persona,
vive honradamente, mide lo que hagas,
mantén tu casa limpia, cuida tus finanzas,
diezma en tu iglesia y ayuda a los necesitados…
No
critiques, no juzgues, no condenes.
Deja que de tus actos, salgan
solamente muestras de amor
que reflejen mi
presencia en tu vida…Y entonces cuando
seas testimonio vivo de mi amor, sí podrás decirles
a los demás cómo vivir su propia vida en union
conmigo…
Pero no con palabras, sino con tus
obras las cuáles
hablarán más fuerte y más
claramente que tu boca.
Tu padre que te ama, Dios
Derechos
Reservados
Julio 26, 2008
|